
JUAN ANTONIO DE LABRA
México D.F. (México). Dicen que «febrero loco, y marzo otro poco«, y como los refranes populares suelen ser una atinada reflexión de algo conocido, la suma del viento, que molestó durante todo el festejo, y la falta de casta del encierro, provocaron una desilusión colectiva y dieron al traste con las buenas intenciones de los toreros y agotaron la paciencia del público.
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