Parecía que el Levante se había confabulado contra la Plaza Real pero al final salió el sol y Ponce y Manzanares salieron en hombros
Dos buenos toros de Juan Pedro Domecq
Vídeo del triunfo de Enrique Ponce en El Puerto I Maurice Berho
MAURICE BERHO > El Puerto de Santa María
Parecía que el Levante se había confabulado contra la Plaza Real. Pero salió el sol en El Puerto y Ponce y Manzanares abrieron la puerta grande. Magistral el torero de Chiva con el enclasado cuarto, al que cuajó con torería hasta cortar dos orejas. Idéntico premio cortó el alicantino del sexto, el otro toro importante de la suelta, con transmisión, al que toreó con estética al natural Manzanares. Había molestado el viento en la primera parte de este cartelazo, y Morante sólo pudo dejar un ramillete de verónicas en su lote, que tampoco fue el más propicio. Eso y las dos obras de Ponce y Manzanares fueron lo que el Levante nos dejó.
El primer toro de Juan Pedro apuntó buena clase en los capotes. Ponce se lo tuvo que llevar a terrenos de sol para huirlo del viento, que esta tarde fue un condicionante determinante en forma negativa. El toro se rajó enseguida y Ponce no pudo construir ningún tipo de obra como a la que nos acostumbró últimamente. Saludó una ovación. Pero por fin salió el sol en el cuarto toro, de hechuras perfectas para El Puerto, y muy en ‘Juan Pedro’. Tuvo mucha clase y Ponce lo vio pronto. Brindó su faena a Paco Ojeda y después fue en todo momento un ahorro de energías. Nunca le pidió al toro más de lo que le podía dar, pero aprovechó sus embestidas con clase para elaborar una faena llena de garbo y torería. Y ya se sabe en el Sur que esta tauromaquia cala pronto y hondo en los tendidos. Remató su faena con la ya tradicional poncina coronando con una gran estocada cortando las dos orejas y dando la vuelta al ruedo al son de las palmas por bulerías.
El último fue un toro importante. Tuvo transmisión desde que salió, superiormente lidiado por Curro Javier, mientras que sus compañeros protagonizaban un gran tercio de banderillas. La faena tuvo transmisión, y con la personalidad de Manzanares la plaza se puso al rojo vivo dejando momentos de gran calado con la zurda. Quizás la labor del alicantino supo a poco y fue rematada de forma muy torera con unos ayudados por alto marca de la casa y sobre todo la faena culminó con una estocada al recibir que dejó al toro sin puntilla. Dos orejas. Antes, quedó patente y se notó que por estas latitudes el público tiene una sensibilidad distinta. Porque hoy en el ecuador de la corrida tendría ya bastantes motivos para demostrar su enfado. Sin embargo, también en el tercero invitaron al torero a saludar desde el tercio. El toro de Manzanares tuvo algo más de duración pero esta vez careció de clase y cabeceó de forma molesta. Lo intentó el de Alicante sin poder sacar agua de un pozo seco.
Morante dejó un ramillete de verónicas recibiendo a su primer toro. Lances a la verónica que en esta plaza encuentran un eco distinto e irrepetible. Después se abrió Morante en tablas y también se rajó pronto el de Juan Pedro. Nada que destacar. Aplausos para el sevillano. Mismo guión que en su primero para Morante en el quinto. Otro buen recibo capotero y depués el toro burraco solo le permitió al torero soltar alguna de sus joyas, pero nunca tuvo intención de seguir las telas. Aplausos.
Una tarde de mucha gente habitual en los tendidos y el callejón de la Plaza Real. Destacó la aparición de Ortega Cano, pero también Paco Ojeda y José Luis Galloso y varios toreros de la zona.
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