C.A
MADRID (España). Un año más, y con este van seis desde su inauguración, la plaza de Illumbe abrirá sus puertas para celebrar la Semana Grande; una feria, que comienza el próximo domingo, y que si por algo se está caracterizando, a lo largo de estas pasadas temporadas, es por su consolidación. Todo un éxito si se tiene en cuenta los 25 años que la capital guizpuzcoana ha permanecido sin toros, tras la desaparición del Chofre.
Una prueba es el sesenta por ciento de abonados que para esta feria ya han alcanzado. La casa Chopera ha cerrado la renovación y venta de abonos, alcanzando la cifra de 5.600 de un moderno y polivalente anfiteatro con capacidad para 11.000 espectadores. Además, la empresa tiene prevista una venta de entradas del 92 por ciento del total posible. Un dato significativo de la buena salud de este ciclo.
La feria de San Sebastián además se está afianzado con un serial de características particulares, alejado de las cercanías del de Bilbao, y de cualquier otro ciclo del norte, pero sin perder la esencia que tuvo años atrás el Chofre y que tanto le caracterizó. Aún así, y a pesar de los años de ausencia de festejos, Donosti ha conseguido tener ya un toro propio. Ha sido difícil encontrarlo, pero los empresarios han conseguido ofrecer un toro serio, aunque sin exageraciones, y armónico.
La Semana Grande ofrece este año un total de ocho corridas de toros, una de ellas mixta y otra de rejones, en la que se ha contado con las figuras del momento. Enrique Ponce, El Juli y César Jiménez, con tardes cada uno, forman la base de una feria, que también ha apostado por jóvenes valores como Javier Valverde, Sebastián Castella, Jesús Millán y El Cid, entre otros. En el capítulo ganadero, y en relación con el ciclo de la anterior edición, sólo las ganaderías de San Martín y Victorino Martín, que un año más cierra la feria, son los dos únicos hierros que repiten a tenor del buen juego que sus reses ofrecieron el año pasado.