Roca Rey, toda una gesta con Adolfos I MUNDOTORO
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Madrid (España). Sale @RocaRey lanzado de Madrid. Su etiqueta de esperanzadora promesa la canjeó de golpe por otra de firme realidad con una tarde deslumbrante de capacidad y ambición. Tremenda la tarde del peruano -que bien le viene por cierto este éxito al toreo hispanoamericano- con un lote que, por serio y exigente -como toda la novillada- fue el ideal para constatar que el limeño no va de farol. Se arrimaron como perros también sus dos compañeros de cartel, Tomás Angulo y David de Miranda. No perdonaron un quite, rivalizaron con la tela rosa, incluso el extremeño debió irse a su casa, además de con el fuerte porrazo del primero, con una oreja del cuarto que con creces mereció. Cuando uno predica y pregona su afición a los toros, lo hace por ver tardes como esta.
Adquiría antigüedad la ganadería de La Ventana de El Puerto. El segundo hierro de Lorenzo Fraile, entroncado en El Raboso vía Carlos Charro, trajo a Madrid un lote muy en el tipo de su encaste, alto, con caja, volumen y romana. Una corrida de muchos sitios que además supuso un examen nada sencillo para una terna a la que pilló con la lección aprendida. Del envío charro los dos primeros fueron los de menos cualidades, y el cuarto, el de virtudes más ponderables, porque tuvo recorrido y calidad. El tercero, con menos clase, en cambio transmitió más, mientras que la nobleza que esbozó el burraco quinto no pudo desarrollarla por su falta de fuerza.
Ya en un quite al segundo había dejado claro @RocaRey, que además se presentaba en Las Ventas, que no había venido a cortar el cupón, y volvió a dejar su sello en el colorado tercero, alto y estrecho de sienes. Quitó de modo variado y versátil y apostó por no castigar al de La Ventana en el caballo. Así le llegó con más brío al último tercio pero también con más temperamento. Aprovechó el torero la movilidad primero para someter al novillo en dos series de gran intensidad y aguantó luego su carácter, además de una voltereta tremenda que lo pudo partir por la mitad cuando se echó la muleta a la zurda. Mermado físicamente tiró de raza el torero para rematar su faena, que rubricó de una estocada de rápido efecto antes de amarrar una oreja importante.
El sexto fue un sobrero de José María López muy astifino, tremendamente exigente, que embistió por la determinación con la que se puso @RocaRey. Sin una duda. Sin una pausa. Sin una prueba. El engaño por delante y muletazos de mucha hondura y sometimiento. Tuvo estructura la faena, ligazón y hasta momentos de inspiración en los remates, porque el peruano, además de arrestos, tiene facilidad y el toreo le fluye. Hasta dos volteretas le costó su gallarda manera de buscar la Puerta Grande, dos cogidas de impresión y tres cornadas, calificadas de pronóstico reservado que no mermaron su coraje ni le impidieron salir en hombros. Media estocada le sirvió de salvoconducto a la gloria.
Angulo también ameritó con creces la oreja del cuarto. Largo y cornidelantero, fue el de mejor son de toda la novillada. Anguloy David de Mirandase enseñaron el colmillo en quites y luego en la muleta el torero extremeño volvió a exhibir, como había hecho en el primero, su concepto clásico, muy asentado, tirando con mucho aplomo de la embestida del animal. Faena de gran consistencia y entidad, con series de mano baja -hubo una con la derecha ligada a un cambio de mano extraordinaria- que, quizá por la austeridad y la ausencia de pirotecnia con que describe el toreo el pacense, ni terminó de alorarse ni de ser tenida en cuenta. Dio la vuelta al ruedo tras petición insuficiente.
Ya en el primero de la suelta, alto, algo zancudo, que marcó pronto querencia, apretando para dentro y sin descolgar nunca en los engaños, Anguloenseñó que es mejor torero de lo que dicen sus números. A la muleta llegó el toro muy montado, sin entrega ni humillación. El que sí se entregó fue el novillero, que ya entonces mostró buen oficio y un toreo clásico y asentado. Le metió en vereda por el derecho y aguantó las embestidas del animal con la zurda a costa de un severo revolcón. Ni un gesto, ni un aspaviento. Todo muy de verdad, como la estocada, soberbia. Hay que verlo de nuevo.
También merece la repetición el otro debutante de la terna, el onubense David de Miranda. Buena tarde la suya, aún sin la resonancia del éxito. Su carta de presentación fue un quite por tafalleras al que partió plaza en las que no movió ni las pestañas. Luego en el segundo, largo de viga, volvió a competir en quites, como quedó dicho antes, con @RocaRey. Los dos se echaron el capote a la espalda y lo dos se pasaron muy cerca al de Lorenzo Fraile, que en la muleta se movió protestando y sin clase. El torero de Triguerosexhibió un toreo vertical, de planta erguida y mucho aguante, aunque su apuesta, bernadinas de remate incluidas, tuvo escasa respuesta. Alto, suelto de carnes, el burraco quinto derribó en varas pero blandeó de manera evidente luego. Lo sostuvo con temple y delicadeza el torero, incluso le ligó pases a media altura con mucho mimo y cadencia, pero la imposibilidad de apretarlo restó ligazón, y por tanto continuidad a su labor.
Plaza de toros de Las Ventas. Un cuarto de plaza. Novillos de La Ventana del Puerto, muy en el tipo del ‘Raboso’, serios, exigentes en distinto grado. De mejor y más claro son el cuarto, temperamental y con carácter el tercero, noble y sin fuerza el quinto. De menos opciones los restantes. Un sobrero de José María López (6º), serio, astifino, con nervio. Tomás Angulo, ovación y vuelta tras petición; David de Miranda, ovación y silencio; Andrés Roca Rey, oreja y oreja. Destacó en banderillas Fernando Pereira.