SALVADOR BOIX
BARCELONA (España). La no concesión del permiso para lidiar un toro durante la representación de la ópera Carmen de la Cuadra de Sevilla, por parte de la Generalitat, ha levantado de nuevo la polémica. En 1999, tras la primera prohibición, el TSJC (Tribunal Superior de Justicia de Catalunya)condenó a la Generalitat a indemnizar a los productores de la obra con 40 millones de pesetas y la obligaba asimismo a conceder el permiso para su representación, en los términos en que se pidió el permiso, o sea, con la inclusión de la lidia y muerte de un toro para rejones. En aquel momento, la Generalitat argumentó la violación de la Ley de Protección de los Animales, vigente en Cataluña. El Tribunal, dio la razón a Salvador Távora, autor de la obra y director de La Cuadra de Sevilla, argumentando que la prohibición vulneraba la libertad de creación artística. Tres años más tarde y, pese a la sentencia favorable a la representación de la obra, las autoridades catalanas han vuelto a impedir la celebración del espectáculo.
«Ahora, con los mismos argumentos que se utilizaron para prohibirla en su día, y a pesar de la condena del TSJC, – comenta Salvador Távora- se autoriza la función, pero excluyendo la lidia y muerte del toro. Que de hecho es no autorizar, en un acto de increíble soberbia administrativa por parte de autoridades y funcionarios. Eso es volver a los tiempos de la censura, en los que el poder sólo autorizaba el espectáculo que al él le gustaba o le convenía. Dicen – prosigue Távora- no se lo voy a prohibir, se lo autorizo pero condicionándolo a que se salte la lidia del toro. Es una vuelta muy preocupante a conductas pre-constitucionales que coartan la creación artística y la investigación teatral».
Salvador Távora y los productores de la obra van a recurrir ante los tribunales la decisión del gobierno catalán con la esperanza de, más pronto que tarde, poder representar Carmen en Barcelona. Creo, -acaba Salvador Távora– que es fundamental conseguir que se realice la obra con la lidia y muerte reglamentaria del toro en Barcelona por dos razones. Primero, para defender la libertad de creación, y segundo, porque estoy firmemente convencido de que en eso le va el futuro a la Fiesta en Catalunya. Si ahora son capaces de prohibir que se lidie un toro con la excusa de que es en una ópera, aunque sea en la Monumental y reglamentariamente, mañana van a querer prohibir las corridas de toros.»
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