REDACCIÓN
PAMPLONA
(España).El segundo encierro de los Sanfermines,
con el debut de los toros de Manuel Ángel Millares, ha sido largo,
accidentado y muy peligroso. Cinco minutos cincuenta segundos hasta su final,
con resbalones de toros y cabestros y fragmentación de la manada, toros
rezagados sin mansos, muchas imprudencias, excesiva gente y excepcionalmente
limpio: sólo un parte de posible traumatismo craneoencefálico a un mozo en la Plaza
del Ayuntamiento.
Como
se esperaba, demasiados mozos el domingo, suma de imprudencias con situaciones
milagrosas en Estafeta y valentía y calidad de carreras de los mozos
pamploneses en el tramo de Estafeta hasta la plaza, cuando se rezagó un
toro colorado de una manada que se ha comportado muy noble, apenas sin tirar
derrotes. Dentro de la plaza se sucedieron imprudencias y malos modos con un
toro negro por parte de mozos, que serán sancionados administrativamente.
La
campaña del Ayuntamiento sobre el comportamiento a seguir en los encierros
está siendo desatendida por la gran masa de los mal denominados “corredores” de
este fin de semana de arranque de los encierros. Seguro que, a partir de
mañana, con menos domingueros, se verán excelentes carreras en todos los
tramos. Cruz Roja y otros servicios municipales confirman a este
periodista el “trabajo” milagroso del Santo y su capote para que se dé tan
feliz balance.
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