El puesto de las novilladas en Sevilla, salvo sorpresa no esperada, se cerró esta tarde con un encierro de Toros de San Miguel (tercer hierro de los hermanos González Sánchez-Dalp) que ofreció, en algunos de sus utreros, opciones de éxito claro. Pero el éxito, por unos u otros motivos, no llegó. Manuel Escribano, batallador y siempre en novillero, fue el que más cerca estuvo de lograrlo, pero tras una faena de oreja el puntillero falló con el cachete y él después con el descabello. El de González fue manso de salida, Manuel le recibió con una larga de rodillas en chiqueros, y después le toreó con largura y hasta temple en ocasiones. Faena bien concebida con excelentes pases pecho ante un animal muy noble en la muleta. Mató de una buena estocada que al final no fue suficiente.
Volvió a irse a portagayola en el sexto, pero como el novillo se le vino andando y frío, se levantó en el último momento. Hizo bien Escribano, que ya en pie cuajó algunos lances de manos bajas y un ajustadísimo quite por gaoneras. Banderilleó con riesgo, algo desigual, y tremendamente meritorio en un par al quiebro al violín. La faena comenzó bien, porque el de González acometió con ímpetu y transmisión, pero todo fue un espejismo porque a los diez pases se paró y no quiso más lucha.
El novillo de la tarde, perfecto de hechuras, bravo, humillador y con recorrido, le tocó a César Girónen cuarto lugar. El novillero de dinastía logró muletazos sueltos hondos y largos en una faena de menos a más, con un bajón importante y clave en la mitad del trasteo, y con una serie final al natural magnífica. Faena de oreja a novillo de dos, que para colmo acabó con tres pinchazos en la suerte contraria. Cuando puso al bravo en la natural, entonces le pegó la estocada. Con su primero, bonancible y soso, ya había mostrado su toreo de mano baja y su oficio, en una labor que tampoco tomó vuelo.
Desfavorecido en el sorteo con dos novillos inservibles, el malagueño Salvador Vega volvió a evidenciar su cuajo y fibra, y también se le atisbaron sus excelentes maneras. Nos quedamos con las ganas de verle con otro material.