BAYONETO
MADRID (España). A un año del 11-S, Bin Laden torea a Bush. A un año del crimen aberrante de las Torres Gemelas, los occidentales seguimos siendo asombrosamente libres aunque nos empeñemos en hacernos mezquinos desde los nacionalismos pro-pistolas de algunos vascos. A pocos días de la muerte de Chopera, el toreo sigue su andadura, con los toreros sube que te sube al coche de cuadrillas y baja que te baja desde la habitación del hotel a la plaza. En este río de prisas, con estas velocidades de ferias, la información es difícilmente digerible pues muere a las 24 horas, sustituida por otro festejo, por otra noticia.
La información taurina, sin un hueco diario en las emisoras nacionales (El Clarín de Radio 1 de RNE pasa a mejor vida y el dominical a peor horario, derrotados por el fútbol y Ronaldo) parece incapaz de ofrecer con una lectura real, lo que sucede en un mes fuerte de toros y en una semana (la pasada) con muchas notas importantes. En el toreo informativo prima el domingo y las grandes ferias. Pero en Francia, que nos parece a veces tan lejana a nuestros ojos, ha vuelto a poner una pica El Juli, cortando los máximos trofeos en Arlesy un mano a mano de alto nivel, el de Ponce y José Tomás en Dax, tuvo el saldo de las grandes tardes con un faenón de Tomásy una tarde de tres orejas de Enrique.Así que, todos muy vivos, el pulso sigue hacia esta semana que se antoja clave, como un gran adiós de los grandes eventos en las ferias de Salamanca, Albacete y Valladolid.
Manzanares y Tejela siguen (sobre todo este último) manteniendo el interés de las novilladas, Ferrera suma y no para, lo mismo que César Jiménezy uno que mata menos un mosquito pero que torea bien , El Cid, volvió a encantar en Barcelona. Con la vuelta de El Fandi, ya están todos en la competencia septembrina.
Las miradas se cambiaron, por unos instantes, del cereal cosechado en las Castillas ( Valladolid, Salamanca, Albacete) para dirigirse hacia Zaragoza, en donde Joselito quiere reaparecer lidiando en solitario seis toros. A la empresa le viene bien, al torero, también. La coyuntura del madrileño es especial en un año amargo. Su juego y su lucha es ahora más interna que de mercado y si está en condiciones óptimas, bienvenido sea. Lo más importante es su tenacidad, su deseo continuado de torear. Eso, en un hombre rico, joven, probado y que puede estar de vuelta de todo, es un lujo.
Todos, incluido Joselito, están muy vivos. Pero al final del curso, que se antoja no muy lejano (para unos antes, para otros más tarde) resultará que, muy arriba, tirando del carro, habrá uno destacado. Resultará también que, de todas las revelaciones del año, uno o dos serán realidades contrastadas y otros elementos de espera. Es ahora cuando se están ya posicionando, contratando y cerrando los carteles del próximo año, el primero sin Chopera El Grande, el segundo tras el 11-S.
Para apuntar algo más de la semana, avisar que, este año, lo estético está perdiendo frente a lo profundo. Es decir, que lo «estilista» es cada vez más un aderezo, un perejil y el toreo largo y hondo, la sustancia. Por encima de todos hay tres toreros de esta pasta: El Juli, José Tomás…y El Fandi. Toreros con pureza, si la pureza en el toreo enganchado, de mano baja y de trazo muy largo. Y lo hacen, fíjense, mejor cuando torean al natural. Con esas armas, y otras, triunfan. Asistimos, al fin (y al cabo) al triunfo del valor. Al valor de la pureza.