‘Sano, lleno de vida y con la bravura intacta’. El cárdeno de Piedras Negras, indultado el domingo en Insurgentes, se recupera ‘satisfactoriamente’ de las heridas propias de su lidia el pasado domingo en la Plaza México, donde fue indultado por Gerardo Rivera. El astado ‘está sin fiebre y muestra buen aspecto, como si no se le hubiera lidiado’, comenta a Mundotoro su ganadero Marco González.
‘Tuvo el conjunto de lo que reúne el toro bravo que buscamos en casa, un toro encastado que haya que someter y lidiar de poder a poder, el animal se vino arriba y considero que el matador no terminó de entenderse del todo con él’, analiza Marco González.
Pese a ello, ‘la gente valoró mucho las virtudes del toro y, aunque yo pedí al principio que mataran al toro, el público es soberano, así que, si ellos lo vieron de ese modo… es justo merecedor de ello, y nosotros estamos encantados de que el toro regresara al campo para echarlo a las vacas como semental, se está recuperando sano y bien, lo probaremos con gusto y ahí se verá en unos años, si transmite esa bravura a las camadas sucesivas’.
Pero, ¿por qué el ganadero quiso, en un primer momento, que el toro fuera estoqueado? ‘Para indultar un toro tiene que reunir unas condiciones con todas las de la ley, ‘Siglo y medio’ fue bravo en varas, acudió al caballo de pronto y de largo, empujando por abajo, pero en la muleta, aunque mantuvo esa prontitud y tuvo un pitón derecho extraordinario, considero que no fue tan franco por el izquierdo, pese a todo, para nosotros es un halago inmenso que el público quisiera premiar con lo máximo a nuestro toro’, analiza el ganadero con autocrítica.