Al conjuro del nombre de Sebastián Castella quien abrió la Puerta Grande de la plaza de Cali en las dos corridas que se han realizado en esta feria, el público acudió en masa a la tercera, donde el fenómeno francés se anunció al lado de Víctor Puerto y del colombiano Paco Perlaza.
Lleno completo y tarde agradable durante un animado festejo en el que se lidiaron toros de Puerta de Hierro, de magnífica presentación y variado juego. Todos mostraron bondad, sin peligro, aunque algunos faltos de fuerza, y otros al final rajaditos y buscando los terrenos de adentro, sin embargo permitieron a los aficionados vivir una entretenida tarde en la que se cortó un total de cuatro orejas por parte de los toreros de a pié.
La tercera salida a hombros consecutiva- diariamente de Sebastián Castella marca todo un récord en la plaza de Cañaveralejo.
En su primer toro hizo un faenón de principio a fin con pases variadísimos de todas las marcas y emocionantes cuando en el centro del ruedo brindó la primera serie de pases en redondo de rodillas. La plaza se convirtió en manicomio colectivo y no paró de ovacionar a su ídolo hasta cuando – de fulminante volapié- lo puso patas arriba y ahí mismo las ovaciones se convirtieron en gritos histéricos de 18.000 aficionados que con los pañuelos pidieron las dos orejas que no demoró la presidencia en conceder.
En el sexto – otra lección de torerismo – Castella se entregó ante un toro tardo al que le endilgó entretenida faena llena de méritos y perfectamente rematada con la espada por lo que paseó la tercera oreja que le hacen sumar un total de ocho en tres corridas. Otro récord sin igual en ésta plaza.
Víctor Puerto – cabeza de cartel – acompañó en la salida a hombros a Castella, pues le cortó una oreja a cada uno de sus toros, de comportamiento aceptable y en donde el diestro se entregó y sacó lo mejor de su repertorio. A su primero – falto de fuerza – después de un arrimón grande le sepultó un estoconazo del que salió muerto, y pudo pasear la oreja en medio de aclamaciones.
Repitió el trofeo en su segundo – que también se le rajó al final – pero donde a base de porfiar con entrega le instrumentó variado repertorio de pases que gustaron mucho, y mostraron claramente los deseos de triunfo del de Ciudad Real.
De vacío salió de la plaza el colombiano Paquito Perlaza a pesar de haber dejado claras muestras del buen momento por el que pasa. A pesar de haberle correspondido los dos toros de menos juego – su primero se acabó en los pases iniciales, y su segundo ‘cantó la gallina’ en la mitad de la faena – este joven valor colombiano dejó impronta de gran torero en varias series de calidad y técnica. Fue aplaudido con fuerza al momento de retirarse al callejón en ambos toros.
Cerró la tarde – al filo de la noche – el rejoneador Andy Cartagena quien se mostró muy seguro con los rejones de castigo y variado con espectacularidad en las suertes de banderillas – largas y cortas – que valieron grandes ovaciones. Falló con los rejones de muerte y las ovaciones lo despidieron al final.
Tarde histórica que no se borrará de la memoria de los 18.000 aficionados que llenaron la plaza de Cañaveralejo.