ÓSCAR ARANDA
MADRID (España).
Terminada la Feria de Jaén, celebrada la última novillada en Las Ventas y realizados los últimos paseíllos en festivales, es tiempo de tomarse unos días de descanso. Mientras el resto de los mortales comenzamos a vivir de nuevo los atascos cada mañana, cambiamos la hora en nuestros relojes y vemos como anochece a las cinco de la tarde, el toreo se va de vacaciones. Es el momento de colgar el traje de luces a la espera de nuevas emociones. Mientras tanto, la mayoría de los toreros dedica el tiempo a su familia, aprovecha para hacer algún que otro viajecito y, por supuesto, seguir entrenado; sobre todo, si ya tiene los pasajes para viajar a América. Sin embargo, también hay quien aprovecha para sacarse esas asignaturas de la carrera, quemar adrenalina en una moto acuática o tomarse alguna que otra copita en una isla. Son las vacaciones de los toreros.
ESTÁN LOCOS ESTOS TOREROS
¿Vacaciones?. Sí, pero más bien poco, al menos, para los afortunados. Un veneno esto del toreo. Sólo así se entiende que Manuel Caballero esté en el campo esperando a que se le arranque una vaca, Padilla acabe de encerrarse con seis becerras; Dávila Miuraande garrocha en mano en faenas de acoso, El Juli no salga del campo, Víctor Puertoesté recogiendo premios… ¿Vacaciones?, más bien ´de vacas´.
» Tres semanitas sin ponerme el traje de luces y ya parece que me falta algo» comenta El Califa. Esta misma opinión la comparte El Juli: » El toro hasta en la sopa. Gracias a él he vivido las sensaciones más grandes que jamás haya imaginado. Nunca podré abandonarlo, mientras me haga sentir lo que siento«. Por su parte, Manuel Caballero dice no poder dejar de torear: » Sigo toreando vacas en el campo. Lo hago porque me apetece, es por afición«. Y así, uno tras otro. » Pasan 15 días y ya estás pensando en hacer algún tentadero» explica Dávila Miura, mientras que Juan José Padilla asegura que » necesito la tensión que me produce ponerme delante del toro«. Víctor Puerto también se muestra rotundo al afirmar que » estoy deseando volver a mi mundo«, al igual que Eugenio de Mora, que asegura estar » deseando volver a torear«. En definitiva, todo se resume a lo que explica Pepín Liria: » Ser torero no es sólo estar dos horas en una plaza de toros. Es una forma de vida«. Están locos estos toreros.
DE SUPERMÁN A CLARK KENT, TAMBIÉN HAY QUE QUITARSE LA CAPA
Aun con la mente puesta en el toro las 24 horas del día, los toreros, con cierta cautela, también son capaces de apartarse por momentos de su profesión. Al menos lo intentan, y unos lo consiguen más que otros. La familia y los amigos, el campo y la caza ocupan la mayor parte de su tiempo libre. » Es difícil desconectar» comenta El Califa, quien asegura conseguirlo sólo y, a medias, » cuando estoy por ahí con los amigos, tomando alguna copita, pero la mente se desvía siempre al toro«. De la misma forma se expresa El Juli: » Intento aprovechar estos días para descansar y escapar de la tensión de la temporada. No me gusta demasiado hacer turismo, por lo que lo que hago es estar en casa, cobijado por mi familia, pero nunca puedo desconectar al cien por cien«. Eugenio de Mora asegura ser » un tipo quizá algo aburrido«, ya que, según explica: » No hago cosas muy especiales. Lo que me apetece es relajarme, salir de caza de vez en cuando y ver a los amigos. En definitiva, hacer una vida normal que no puedes hacer cuando estás toreando«. Por su parte, Pepín Liria afirma que su forma de apartarse del toro es » estar el mayor tiempo posible con mi hija«.
También los hay que van un poquito más lejos a la hora de intentar ´desengancharse´ por algún tiempo, ya sea por propia iniciativa o incluso por obligación de terceros. A este último grupo pertenece Dávila Miura, quien asegura: » Voy a aprovechar este invierno para sacarme cuatro asignaturas que me quedan para acabar la carrera de Perito Agrícola, ya que mi madre, como se ha enterado de que no voy a América, está todo el día encima mía para que estudie como si estuviera en quinto de E.G.B.«. Sin embargo, también hará un esfuerzo para tomarse unos días de vacaciones con los amigos en el puente de diciembre, e ir al fútbol para ver a su Sevilla, incluso en los partidos que juegue fuera.
Otros, como Manuel Caballero han optado en varias ocasiones por irse fuera de España. » Me gusta el extranjero porque España ya la conozco. En otros años he ido con mi mujer a Londres, París, Estados Unidos… y este año queríamos ir a Italia, pero al final no hemos podido y nos quedaremos en la finquita que tengo desde hace algún tiempo«. También los hay que cambian la descarga de adrenalina que provoca el toro por otras formas más estrambóticas. Es el caso de Víctor Puerto. » Me gusta el mar y una de mis pasiones es montar en moto acuática«. Aunque después, entre la velocidad y las olas, siempre haya tiempo para » pegar algunos lances con la toalla«. Juan José Padillaprefiere los lugares exóticos como las islas Tahitídonde ha estado en alguna ocasión y, sin nadie que le conociera, ha aprovechado para » dejarme crecer la barba, hacer lo que quería, levantarme a la hora que quería, hacer lo que me daba la gana y tomarme unas copitas a la hora que fuera«. Y es que Padilla, como él mismo reconoce, es una persona a la que le gusta: » La fiesta, la noche y divertirme porque, después de la temporada, uno debe tener la libertad de disfrutar un poco, digo yo«.
Estas son, a grandes rasgos, las vacaciones de los toreros; héroes que, por unos días, deciden quitarse el traje de Supermán para volver a ser Clark Kent. Gente corriente en definitiva, aunque unida por un veneno: El toreo.