ÁLVARO ACEVEDO
SEVILLA (España). Los caballos supervivientes de la cuadra de los hermanos Domecq ya están en la finca ‘Los Alburejos’. Han pasado veinte días largos de una acción vandálica que dejó en llamas un camión lleno de animales toreros ahora inutilizados para la Fiesta. En la finca de Torrestrella, la familia Domecq –don Álvaro, su hijo Alvarito y sus nietos, los rejoneadores Luis y Antonio- viven estos días con la esperanza de que se encuentren a los culpables y con una sensación de impotencia que aumenta cuando contemplan a sus caballos masacrados por el fuego y la sinrazón.
En un patio de ‘Los Alburejos’, Luis y Antonio han sacado a los caballos en peor estado. La imagen, cuando se ven tan cerca, es aún más terrible. Don Álvaro, el patriarca, observa la escena dolido por dentro pero templado por fuera. » Parece que lo ha visto uno todo en esta vida–comenta en voz baja- pero esto ha sido tremendo. Cuando los veo con esas quemaduras se me cae el alma a los pies».